Luz tenue, bancas y mesas de
madera, platos metálicos, reproducciones de cuadros de Botero y las mujeres
atendiendo a la clientela, son las principales características de Crepes &
Waffles.
Y precisamente son estas últimas la segunda prioridad de una empresa que nació hace 19 años con dos empleados y que hoy ya con 500, de los cuales 480 son mujeres, en su mayoría cabezas de familia, ha dado los primeros pasos más allá de las fronteras.De acuerdo con su gerente, Eduardo Macía, el cliente interno de Crepes & Waffles es la mujer que ven en la organización su segundo hogar.
Una de las características más importantes de esta cadena de restaurantes que tiene varios puntos en Bogotá, Cali y Cartagena es que no discrimina a la hora de contratar el personal, especialmente si se trata de mujeres que deben responder por su familia pues son solteras o han sido abandonadas por sus compañeros.
Por eso, de las 480 mujeres que trabajan en las labores de atención o preparación de las comidas, más de la tercera parte sostienen el hogar.
Los 20 hombres de la organización se dedican en su mayoría a labores operativas pesadas.
Labor social Aparte de recibir las mujeres cabeza de hogar, Crepes & Waffles tiene tres programas que la caracterizan de otras empresas.
En primer lugar, a todas se les afilia a un plan de salud privada, adicional a la de su EPS obligatoria por ley. La empresa corre con dicho gasto y la empleada puede amparar a sus hijos y sólo debe pagar los vales de atención.
Con esto, evitan hacer largas colas y trámites al momento de necesitar atención de urgencias o en enfermedades cotidianas.
En segundo lugar, hay un plan de vivienda que se ha venido desarrollando desde hace varios años, con el que se le facilita el acceso a la compra de casas o apartamento de interés social.
De acuerdo con el gerente de la empresa, se han negociado grupos de viviendas con empresas constructoras y Crepes & Wafles presta a sus empleadas el valor de la cuota inicial, además de asesorarlas ante las corporaciones de ahorro y vivienda en el trámite de los créditos por el valor restante.
Sin embargo, el plan se suspendió este año por las altas tasas de interés y la crisis económica. De todas maneras, lo que se ha realizado es asesorar a quienes tuvieron problemas con los créditos y por eso ninguna de las propietarias de vivienda la ha perdido.
En tercer lugar, la empresa permite que otras familiares ingresen a trabajar en Crepes & Waffles. Incluso se presenta el caso de una empleada que tiene cuatro familiares laborando sin que se haya presentado problemas entre ellas.
Para el gerente de la compañía, a pesar de la fuerte crisis Crepes & Waffles se ha mantenido. No se ha reducido el personal y hay muchas solicitudes de trabajo.
Un estilo Hace 19 años una pareja de estudiantes universitarios tuvo una genial idea: crear en Bogotá un sitio en donde se comieran crepes al estilo parisino.
Entonces decidieron aventurarse en un lugar de la carrera 11 con calle 85 de Bogotá. El local era pequeño y quedaba sumergido como en una especie de sótano.
Lo bautizaron Crepes y Waffles en honor a su especialidad.
Poco a poco la clientela fue creciendo y debieron incorporar mesas y butacas para que la gente cupiera, porque en ese entonces el servicio era en la barra.
Sin embargo, no fue suficiente y debieron construir un segundo piso. Lo decoraron con reproducciones de cuadros de Botero, luces tenues y asientos de madera.
La carta se creció también. Además de crepés, le agregaron ensaladas y helados de todos sabores, colores y nombres.
Antes de construir el tercer piso empezaron a invadir la ciudad.
Uno en el Centro Internacional y los otros seis en el norte.
Siete sedes de crepes no fueron suficientes. Se extendieron a Cali y Cartagena.
La sede pionera tiene ahora tres pisos y siempre vive llena de gente.
Los dueños son los mismos y ahora un lugar que se mantiene con un estilo propio.
TOMADO DE :http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-912698
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